La vision desde Washington-Argentina: la ley de la gravedad y las elecciones The view from Washington -Argentina: The law of gravity and the elections (after Spanish version)

La vision desde Washington-Argentina: la ley de la gravedad y las elecciones The view from Washington -Argentina: The law of gravity and the elections (after Spanish version)

La vision desde Washington-Argentina: la ley de la gravedad y las elecciones

The view from Washington -Argentina: The law of gravity and the elections (after Spanish version)

Claudio M. Loser                                                                                                                           Octubre de 2015

La ley universal de la gravedad fue formulada por Newton hace 340 años. Independientemente de quién gane las elecciones presidenciales, Argentina se enfrentará con el equivalente económico de la ley de Newton. Durante mucho tiempo Argentina ha resistido a la caída de la economía en (o la colisión con) la realidad, con la esperanza de que es un caso especial. Pero la realidad muestra una peligrosa caída en un agujero negro (Black Hole) financiero.

 

Muchos argentinos creen en la excepcionalidad del país. Sí, Argentina no ha colapsado a la antigua, como se ha observado recientemente en Grecia. El extraño andamio que ha permitido a Argentina a no caer en la realidad, está construido a  base de una cuota de discurso público de cómo al país le va muy bien; una cuota de expansión insostenible del déficit fiscal que trata de compensar la reducción en la inversión productiva; una gama de controles totalitarios sobre las transacciones externas, afianzado con ganchos apoyados en las espaldas de los pobres; una total falta de respeto hacia el estado de derecho, comenzando con las decisiones de la corte contra el gobierno argentino,  y que a su vez este ha  querido extender a las otras dos ramas del gobierno; un falso nivel de reservas internacionales; todo coloreado por una fuerte caída en la confianza. 

 

La ficción continúa, y algunos pretenden creerla. Mientras tanto, se estima que los argentinos tienen activos por tanto como US$ 400 billones en el extranjero (no mucho menos que el equivalente a un año de PIB), incluyendo los “verdes” debajo del colchón. Estos activos no son solo propiedad de los ricos argentinos, que son cada vez menos fuera del gobierno, sino de la sufrida clase media, que sigue siendo una fuerza importante en el país, incluso con un claro aumento de la pobreza.

 

Los tres principales candidatos Presidenciales reconocen la inevitabilidad de la ley de gravedad. También  los mercados, que están mostrando gran interés en los bonos argentinos y se preparan a negociar con quien termine siendo el nuevo Presidente, ya sea el Kirchnerista Scioli, pasando por el Neo-Peronista  Massa, o  el conservador Macri. Todos ellos tienen asesores económicos sabios y experimentados y que saben que no puede seguir la imaginaria estructura anti-gravedad del actual gobierno, especialmente ya que China parece haber negado a Argentina un nuevo préstamo de rescate.

 

El comportamiento de los mercados es comprensible, ya que ver un fin a años de despilfarro, encubierto solamente por un boom de productos básicos ahora desaparecido. Su respuesta y un nuevo compromiso con el FMI pueden ayudar a crear el amortiguador que reduzca el impacto de la caída en la realidad. La Argentina tiene la suerte de ser un paciente rico en recuperación creíble, lo que sugiere un posible regreso a la normalidad y prosperidad sostenible.

 

Sin embargo, la solución está lejos de estar dada. Una fuerte clientela Kirchnerista, ahora integrada a las burocracias nacionales y provinciales, seguirá apoyando los excesos de la última década. Una débil coalición no-Kirchnerista puede ganar pero puede ceder a todo tipo de intereses creados, de derecha o de izquierda. La demagogia continuará en muchos círculos contra una razonable solución de conflictos judiciales existentes y con el recuerdo de tiempos felices, aunque con borrachera, nublará la razón.

 

Sin verdadera responsabilidad legal por parte de los que se van y de los que continúan en el gobierno  y con miedo de los que vienen, Argentina podría no responder a los esfuerzos de aquellos que buscan proporcionar un paracaídas económico.   Prevalecerá la ley de la gravedad, y la recuperación de la colisión será, en el mejor de los casos, dudosa. Newton tendrá razón  con seguridad. Ojalá que yo esté equivocado.

 

El autor es Presidente de Centennial Group Latin America; Senior Fellow en el Dialogo Interamericano; y sirvió como Director del Depto. del Hemisferio Occidental del FMI desde 1994 a 2002.  Es oriundo de Argentina. Las opiniones presentadas son su responsabilidad, y de ninguna manera  es su intención  que ellas representen el punto de vista de  las instituciones a las que está asociado

 

The view from Washington -Argentina: The law of gravity and the elections

Claudio M. Loser                                                                                                         October 2015

 

The universal law of gravity was formulated by Newton 340 years ago. No matter who wins the presidential elections, Argentina will be confronted with the economic equivalent of Newton’s law. For a long time Argentina has been defying the fall of the economy into (or collision with) reality, hoping that it is a special case, but reality shows a dangerous fall into a financial black hole.

 

Many Argentines believe in the country’s exceptionalism. And, yes, Argentina has not collapsed in the old fashion way, as recently observed in Greece. The odd buttress that has kept Argentina from falling into reality, is built on the basis of a quota of public discourse about how the country is doing great; another quota of unsustainable expansion of the fiscal deficit that attempts to offset the decline in productive investment; a range of totalitarian controls on external transactions, clamped on the back of the poor; a total lack of respect for the rule of law, starting with the court decisions against the Argentine Government, and that it wanted to extend to the other two government branches; a fake level of international reserves; all of it colored by a sharp decline in confidence.

 

The fiction continues, and some claim to believe it. Meanwhile, Argentines are now estimated to hold as much as US$400 billion in foreign assets (not much less than the equivalent of one year of GDP), including greenbacks under the mattress. These assets are not only held by the Argentine rich, of which there are less and less outside the government, but by the suffering middle class, still a major force in the country, even with a clear increase in poverty.

 

The three major presidential candidates recognize the inevitability of the gravity law. So do the markets, which are showing great interest in argentine bonds, and are getting ready to negotiate with whoever ends up being the new president, ranging from the Kirchnerista Mr. Scioli, through the Neo-Peronist, Mr. Massa, to the conservative Mr. Macri. All of them have thoughtful and experienced economic advisors, and know that the make-believe antigravity structure of the current government cannot hold, especially after China seems to have denied Argentina a new rescue loan.

 

The behavior of the markets is understandable, as they see an end to years of profligacy, covered up only by a commodity boom now gone. Their response and a re-engagement with the IMF may help create the needed cushion to reduce the impact of the fall into reality. It is the luck of Argentina to be a credible rich recovering patient, suggesting a possible return to normality and sustainable prosperity.

 

However, the solution is far from given. A strong Kirchnerista clientele, now built-in the national and provincial bureaucracies, will continue to support the excesses of the past decade. A weak non Kirchnerista coalition may win but may give in to all sorts of vested interest, either from the right or from the left. The demagoguery will continue in many circles against a reasonable settlement of current judiciary conflicts, and the memory of happy, even if drunk times, will cloud behavior.

 

Without true accountability by the ones that are leaving and those that continue in the administration, and fears on the part of the newcomers, Argentina may not be able to respond to the efforts of those that sought to provide an economic parachute.   The law of gravity will prevail, and the recovery from the collision will be, at best, doubtful. Newton will be right for sure. May I be wrong.

 

The author of this note is President of the Centennial Group Latin America; a Senior Fellow at the Inter-American Dialogue; and served as IMF Western Hemisphere Director from 1994 to 2002. He is Argentine.  The opinions presented here are his own, and are not intended in any way to represent the views of the organizations with which he is associated